dissabte, 7 de febrer del 2009

A veces llegan cartas...

A veces llegan cartas con sabor amargo, con sabor a lágrimas
A veces llegan cartas con olor a espinas que no son românticas
Son cartas que te dicen que al estar tan lejos todo es diferente
Son cartas que te hablan de que en la distancia el amor se muere
A veces llegan cartas que te hieren dentro, dentro de tu alma
A veces llegan cartas con sabor a gloria, llenas de esperanza
A veces llegan cartas con olor a rosas que sí, son fantásticas
Son cartas que te dicen que regreses pronto, que desean verte
Son cartas que te hablan de que en la distancia el cariño crece
A veces llegan cartas que te dan la vida, que te dan la calma

(lletra de la cançó "A veces llegan cartas")


Tota la vida m´ha agradat escriure, enviar i rebre cartes. Abans les cartes s´escrivien a mà, conteníen vida en sí mateixes, teníen personalitat. Ara, amb els e-mails, les cartes han perdut essència. És cert que s´ha guanyat en temps i practicitat, d´acord, però ja no rebem ni enviem bocins de vida en un sobre tancat. Ara ens enviem arxius.
Jo encara escric cartes i, molt d´en tant en tant, en rebo. Això sí, ja no estic pendent del carter, ara ja no.

Fa poc he sabut que un amic meu ha rebut un correu que li ha resultat dolorós. Pel que sé, en aquest correu hi anava vida però al meu amic li han malferit la seva. Potser el correu estava massa viu i avui dia ja no estem preparats per l´emoció que això suposa. Segurament el meu amic hagués preferit no rebre la carta i qui la va enviar ara es deu penedir d´haver-la enviat. Quina llàstima!! Tanmateix, acabarà essent tranquilitzadora l´assèpssia dels e-mails.

Aquest esdeveniment m´ha fet pensar en les cartes que jo he rebut al llarg de la meva vida i, òbviament, en les que jo he enviat. Hi ha hagut de tot; per carta m´he enamorat, he consolidat amistats, he mantingut viva una relació a 1500 km. de distància durant 6 mesos (la mili del que era el meu novio), he après idiomes (quan era joveneta em cartejava amb mig món), he trencat relacions, he rigut, he plorat, he demanat feina, he protestat, he agraït, he demanat perdó, he demanat altres coses...... he viscut.
I, no cal dir-ho, en l´intercanvi epistolar hi havia feedback. El mateix que jo he enviat, m´ha vingut retornat. A vegades les cartes manteníen el mateix tarannà, altres vegades hagués preferit no rebre resposta i també hi ha hagut cops en que, senzillament, no he obtingut cap senyal de vida del destinatari.

Aquests son els correus més dolorosos, els que no son.


Traducción al castellano: (porque se que tengo lectores no catalanes)

Toda la vida me ha gustado escribir, enviar y recibir cartas. Antes las cartas se escribían a mano, contenían vida en si mismas, tenían personalidad. Ahora, con los e-mails, las cartas han perdido esencia. Es cierto que se ha ganado en tiempo y practicidad, de acuerdo, pero ya no recibimos ni enviamos pedacitos de vida en un sobre cerrado. Ahora nos enviamos archivos.
Yo aún escribo cartas y, muy de vez en cuando, las recibo. Eso sí, ya no estoy pendiente del cartero, ahora ya no.

Hace poco he sabido que un amigo mio ha recibido un correo que le ha resultado doloroso. Por lo que sé, ese correo contenía vida, pero a mi amigo le han malherido la suya. Puede que el correo estuviera demasiado vivo y hoy en dia ya no estamos preparados para la emoción que eso supone. Seguramente, mi amigo hubiera preferido no recibir la carta y quien se la envió ahora debe estar arrepintiéndose de haberla enviado. Que lástima!! Al final, acabará siendo tranquilizadora la asepsia de los e-mails.

Este acontecimiento me ha hecho pensar en las cartas que yo he recibido a lo largo de mi vida y, obviamente, en las que yo he enviado. Ha habido de todo; por carta me he enamorado, he consolidado amistades, he mantenido viva una relación a 1500 km. de distancia durante 6 meses (la mili del que era mi novio), he aprendido idiomas (cuando era jovencita me carteaba con medio mundo), he roto relaciones, he reído, he llorado, he pedido trabajo, he protestado, he agradecido, he pedido perdón, he pedido otras cosas..... he vivido.
Y, ni que decir tiene, en el intercambio epistolar ha habido feedback. Lo mismo que yo he enviado, me ha sido devuelto. A veces, las cartas mantenían el mismo caracter, otras veces hubiera preferido no recibir respuesta y también ha habido veces en las que, sencillamente, no he obtenido ninguna señal de vida por parte del destinatario.

Esos son los correos más dolorosos, los que no son.

3 comentaris:

el_Coli ha dit...

Imagino que traducir tu post al castellano es, al menos en parte por mí, te lo agradezco, mi catalán es bastante limitado, se me da mejor el croata, pero eso es otra historia...

Todos hemos tenido momentos así, yo sin ir más lejos hace millones de años le escribí una carta a la primera chica que me gustaba en el cole, sólo sirvió para que ella y sus amigas se pasaran el resto del curso partiendose el culo conmigo. Me costó mucho volver a plasmar sentimientos en una carta, o en un email, o en una servilleta, puede que ahora sea ese hijo de puta irónico y que saca punta a todo que algunos ven como escudo defensivo ante situaciones como esa.

Besotes, Diana.

Diana ha dit...

Sí Coli, he traducido lo que escribo en mi blog para tí y para otras personas que no saben catalán ni croata, por ejemplo. Hace poco he sabido que me siguen pero no me entienden, lo cual puede parecer muy halagador pero en el fondo es frustrante.

Por cierto, lo del croata ya lo sabía (no preguntes y deduce) pero como no se si el catalán y el croata se parecen mucho, pa mi que no, he preferido que la lectura de mi interesantísimo blog fuera minimamente comprensible. Ventajas de ser bilingüe.

Yendo al tema de las cartas..... para tu consuelo te diré que todas las personas que hemos llenado alguna vez un papel con nuestros sentimientos, hemos corrido el riesgo de vernos en la bochornosa tesitura que comentas. O sea, yo también. Pero no me sentí tan mal como el dia que "intercepté" una misiva que iba del chico que me gustaba a la guapa de la clase (que no era yo, ya ves tú). En ella, Lluis (el enamorado) le hablaba de sus sentimientos a Marta (la bella) y yo me retorcí de dolor pero tragué saliva y pasé la cartita al compañero de pupitre a mi lado que, a su vez, la pasó al siguiente hasta llegar a la destinataria.
Hubiera preferido recibir yo la carta pero, por encima de todo, hubiera preferido no conocer el contenido de una carta que no iba dirigida a mí.

Alguien me dijo un dia, después de leer una carta mia, si yo sabía de quien son las cartas, si de quien las escribe o de quien las recibe.
Yo contesté, sin dudar, que son de quien las escribe. Y lo mantengo.

Quien escribe una carta se desnuda, se muestra como es, se da.
Quien lee la carta toma del que la escribe lo que más le apetece porque, cuando tiene en sus manos el papel escrito, tiene también parte del alma de quien lo escribió. Y eso, por desgracia, no todo el mundo lo aprecia.

Tú, al menos, eres capaz de hablar de ello.

el_Coli ha dit...

No me hace mucha falta deducir cómo sabes que hablo croata, me puedo hacer una idea... :)

Leo palabras tuyas cargadas de significado y sentimientos, eso tampoco es fácil, desnudarse así, públicamente resulta en ocasiones muy difícil.

Escribes muy bien, casi tan bien como haces fotografías, no dejes de hacer ninguna de las cosas.

Besos.